Perdona; me has dicho que te llamas...?
Si has llegado hasta este rincón de mi web (de nuevo te pido disculpas por su diseño regulero; está en mis planes contratar a una buena diseñadora y eso, pero hay que ir piano-piano...), debe de ser porque estás buscando a alguien que escriba para ti, para tu web, para tu blog... Alguien que revitalice los textos con los que muestras tu trabajo al mundo.
Bien: eso me cuenta dos cosas importantes y valiosas sobre quién y cómo eres:
1. Me cuenta que amas ese trabajo, ese negocio o proyecto, y que no dudas en defenderlo con pasión y con creatividad.
2. También me cuenta que eres una persona verdaderamente sensible a la buena escritura, alguien capaz de valorar la belleza y el poder de las palabras.
Conociendo esto de ti, sé que tú y yo nos vamos a llevar muy bien.
Eso sí: dame un rato para aprenderme tu nombre, que yo soy de esas personas que se quedan solo con las caras; también te digo que con TODAS las caras, ¿eh? ¡Las recuerdo absolutamente todas! Aunque luego, qué le voy a hacer, seré incapaz de recordar a qué nombre pertenece cada una...
(¿Me decías que tú te llamas...?)
Yo me llamo Mobi. Y soy copy.
MobiCopy.
Yo, como tú, también amo mi trabajo con toda la fuerza de mi corazón.
Y, para defenderlo, echo mano de toda la creatividad que tengo.
Sé lo que es sentarse, los codos sobre la mesa y la cabeza entre las manos, y dedicar horas enteras a pensar cómo sacar un proyecto adelante.
Qué hacer, qué ofrecer, qué decir, cómo decirlo, a quién dirigirme, cómo venderlo...
Lo sé. Lo entiendo. Lo he vivido.
Yo, como tú, soy alguien que valora enormemente la capacidad que las palabras tienen para cambiar el mundo.
El poder magnífico de las palabras cuando son hermosas y están bien escogidas, ¡claro que sí!
La capacidad que estas palabras tienen de influir en las personas, en lo que piensan, lo que sienten, lo que desean...
Yo también creo en la magia de las palabras. La vivo a diario.
¿Sabes que es lo mejor de todo esto?
Que este proyecto en el que, igual que haces tú, yo vuelco toda mi energía, mi tiempo y mi ilusión,
son precisamente las palabras.
Mi trabajo es, precisamente, permitir que las palabras hagan cosas importantes,
que tengan efectos y consecuencias constatables en el mundo.
Mi trabajo es cambiar el mundo, mi mundo, el tuyo, escribiendo bien.
Y no hablo de encontrar una cura para el cáncer ni de lograr la paz mundial, ojo.
Que eso estaría genial, ¿eh? Pero no, no me refiero a eso.
Me refiero a transformar la vida de las personas normales y corrientes, como tú y como yo,
haciendo que sus proyectos profesionales normales y corrientes
suenen mejor.
Hablen mejor.
Se entiendan mejor.
Comuniquen mejor.
...y rindan más.
Y lo hago escribiendo por y para ti.
Tu tiempo es tuyo y haces con él lo que quieras.
Tu negocio es tuyo y tu decides su enfoque y su deriva.
Tus ganancias son tuyas, por supuesto, que tu trabajito t'han costao!
Tu voz es tuya; toda tuya.
Pero tus textos, los escribo yo.
Paz al fin. Calma. Tiempo. Relax. Fuera estrés. Fuera agobios.
Transformar la dinámica de tu proyecto para que te sientas bien en él.
Ése es mi trabajo.
Puede que tengas curiosidad por saber más cosas de mí
(Yo la tendría)
Pues te las cuento:
No me apasiona hablar de mí, la verdad.
Prefiero escucharte a ti, escuchar todo lo que tú me tienes que contar y, con ello, escribir textos verdaderamente interesantes para tu web, para tu blog, para darle a tu proyecto -sea el que sea- ese poder que necesita y que buscas.
Eso es lo que de verdad me gusta.
¿Quieres que colaboremos?